LOS 50, ¡SEGUNDA ADOLESCENCIA!
Por más que hagamos, no nos veremos como queremos?...
Si tú crees que la adolescencia, con todos sus cambios hormonales, su grasa y sus barritos son lo peor que te puede pasar en la vida ¡Espérate a que te acerques a los 50!
Hay etapas en la vida de toda piel que, por mucho que hagas, no vamos a poder detener el paso del tiempo, y acostumbrarse a esa nueva realidad puede ser muy duro, sobre todo porque estamos demasiado expuestos a imágenes que alteran toda nuestra visión de la realidad. ¡Y nos encanta compararnos con gente que parece de otro planeta!
Comparaciones inevitables
Ahora que la mitad de la vida es virtual, nos vemos demasiado en cámara y nos comparamos con la amiga –que tiene 15 años menos- y vemos que no tiene una sola arruga en la frente y una, que está bien cerquita del quinto piso, ya tiene un código de barras en el ceño. Pero la comparación es inevitable, aunque sepamos que la gente usa filtros, aunque sepamos que muchas fotos han sido modificadas y que haya una brecha en la edad que nos hace diferentes, ¿cómo controlamos ese monstruo que nos empuja a vernos peor de lo que estamos?
A mis 49 años estoy viendo cambios aterrorizantes en mi cara: bolsas en los ojos, flacidez en los cachetes, arrugas en la frente y en el contorno de ojos, piel reseca y, para colmo, a veces me salen granitos. Y Yo no soy una mujer descuidada, tengo una rutina de skincare decente: me lavo la carita con agua y con jabón, como aprendí de Pin Pon; uso una crema humectante, mascarillas, uso bloqueador solar, y suelo hacerme masajes y yoga facial. No soy una fanática del skincare, pero tampoco soy descuidada… ¡Eso creía Yo!
¿Se te está olvidando lo más importante?
Cuando entendí que ahora mi realidad es otra, empecé a buscar alternativas para combatir los signos de la edad, pero eso no era suficiente, porque al combatir los signos, o sea, lo que se ve, estaba olvidando lo más importante, que justamente es lo que no se ve. De nada me sirve untarme un montón de cremas carísimas, sueros y aceites, si no entiendo el paso a paso de los procesos de mi piel, a mi edad.
Entonces decidí leer un poco más y usar los productos que necesito y hacer rutinas que le digan a mi cerebro que estoy haciendo lo que puedo hacer, de la manera correcta, así que ahora me comparo menos y me disfruto más.
Algunos cambios tan simples como el limpiador que estaba usando, el orden correcto de los productos de nutrición de la piel, usar las sheetmask sólo tres veces por semana, usar los parches de los ojos y no exfoliarme más de la cuenta… ¡o no usar exfoliante si uso un suero de vitamina C! son detalles que me han quitado el estrés de hacer demasiado para verme bien y entender que ya soy una mujer de 49 años que no vive de su físico y, aunque nunca me vea la piel como una actriz coreana, quiero verme linda y sentirme feliz conmigo misma.
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